Alucinaciones de Oliver Sacks
NdA:
Sacks recopilación difernetes experiencias alucinatorias de pacientes, les suma las suyas propias y enumera diferentes casos famosos de escritores y personajes históricos ante casos que pueden parecer desde la locura a la mística.
Afecciones, condiciones, sustancias varias que pueden producir las alucinaciones son descritas por el autor como casos puramente neurológicos. Las apariciones, sensaciones extrañas o experiencias religiosas se explican como condiciones cerebrales de diversos origen.
Buscaba en este libro un prejuicio que confirmé de que la mente nos "juega" a veces una mala pasada sometiéndonos a percepciones inexplicables que en cada caso el individuo interpretar con sus propias herramientas. ¿Por qué no, Si lo han hecho la historia, la religión, los profesionales mismos, si se oculta por vergüenza o se comparte por jactancia?
Ante lo inexplicable se pretende siempre una teoría que lo fundamente especialmente cuando es misterioso o aterrador y no se pretende o no se puede estar solo ante la experiencia.
Ixx, 2024
“Una alucinación, o pseudopercepción, es una percepción sensorial que no responde a ningún estímulo externo y, sin embargo, a nuestro cerebro le parece real. Siempre me ha fascinado el hecho de que el cerebro, cuando estamos dormidos, no es capaz de distinguir el sueño de la realidad en muchas ocasiones. Eso de que una parte de nuestra mente engañe a otra y le haga creer que ve y oye cosas que no existen, no deja de ser curioso.”
(La antigua biblos, blog).
https://laantiguabiblos.blogspot.com/2016/08/alucinaciones-oliver-sacks.html?m=1
Oliver Sacks comparte sus alucinaciones
Si no fuera por sus propias alucinaciones inducidas por drogas, el escritor dice que tal vez no tomaría en serio las experiencias de sus pacientes.
Kerri Smith
Martes 30 de octubre de 2012
Resulta muy apropiado que el autor de un nuevo libro sobre alucinaciones haya tenido tantas. "Una araña en la pared me dijo hola", recuerda el neurólogo Oliver Sacks . "Y por alguna razón no me pareció demasiado sorprendente que una araña me dijera hola. Tuvimos una conversación sobre filosofía analítica, una conversación más bien técnica".
Sacks describe su experiencia con una droga llamada artane en los años 60. Un domingo por la mañana, cuando trabajaba como residente de neurología en California, tomó una gran dosis de la droga, que a veces se utiliza para tratar la enfermedad de Parkinson y tiene una química similar a la toxina de la mortal planta solanácea. Alucinó que llegaban dos amigos cercanos, conversó con ellos mientras tomaba sus pedidos de desayuno y luego descubrió que no estaban a la vista. Entonces la araña comenzó a hablar. "Pensé que sería mejor que me controlara", dice Sacks en una entrevista con el podcast Nature.
Cuando el cerebro percibe cosas que en realidad no existen, las llamamos alucinaciones. Se pueden ver, oír o incluso sentir y se producen en una amplia gama de afecciones neurológicas (migraña, epilepsia, ceguera) y, por supuesto, después de tomar drogas alucinógenas.
Gran parte de Hallucinations está dedicada a la especialidad de Sacks: historias clínicas profusamente descriptivas de pacientes que ha visto o que le han escrito a lo largo de las décadas que lleva ejerciendo la profesión. Sacks es tan respetuoso con sus historias como honesto con las suyas.
Entre las multitudes se encuentran Rosalie, una mujer ciega que vio procesiones de personas vestidas con "trajes orientales" de colores brillantes desfilar frente a ella; Marlon, el hombre que estaba convencido de que un elenco de personajes sombríos habitaba su apartamento de Nueva York; y Toni, cuyas migrañas provocan vívidas exhibiciones de zigzags en blanco y negro en su visión periférica.
Sacks está convencido de que sus propias experiencias alucinatorias le han ayudado a empatizar con quienes las padecen por razones neurológicas. "Los pacientes mencionaban fenómenos que creo que yo no habría tomado en serio si no hubiera experimentado cosas similares".
Un paciente se queja de alucinaciones en las que el movimiento se fragmenta en una serie de imágenes fijas, una experiencia similar a la que tuvo Sacks cuando estaba bajo los efectos del ácido, afirma. "Así que sabía cómo era para ella, aunque no puedo decir que ese fuera mi motivo principal [para tomar la droga]".
Es este sentido de empatía y humanidad lo que hace que Alucinaciones sea un placer de leer y lo que permite a Sacks lograr uno de sus objetivos más urgentes: desafiar la percepción de que las alucinaciones presagian locura. "La gran mayoría de las alucinaciones no tienen implicaciones tan oscuras", escribe.
Y, sin embargo, algunas de las partes más agradables de nuestra conversación son un poco disparatadas. Tomemos como ejemplo la araña inducida por el artane. "Años después le mencioné esta araña filosófica a un amigo entomólogo mío", me cuenta Sacks, "y él asintió y dijo: 'Sí, conozco la especie'".
Hallucinations de Oliver Sacks será publicado por Picador en el Reino Unido a partir del 8 de noviembre de 2012
Kerri Smith es escritora y presentadora de podcasts en Nature. Puedes escuchar su entrevista con Sacks aquí
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Oliver Sacks (Londres, 1933-2015) es un escritor y neurólogo de prestigio afincado en Nueva York. Desde los años 90 se ha hecho conocido por el gran público gracias a que ha sabido publicar libros amenos, bien escritos y muy lúcidos sobre algunas de las dolencias que aquejan al ser humano: la encefalitis letárgica, el síndrome de Asperger, el de Tourette, el Parkinson o las agnosias. Todos sus libros son muy recomendables.
Nació en una familia judía del norte de Londres, su padre era médico y su madre fué una de las primeras mujeres cirujano que ha habido en el Reino Unido. A los seis años fué evacuado a un internado en Midlands para escapar de los bombardeos alemanes. Allí sobrevivió a base de «magras raciones de nabos y remolachas y sufrió castigos crueles a manos de un director sádico».
De joven fué aficionado a la Química, estudió medicina en el Queen's College de Oxford y se hizo cirujano. A los 27 años se trasladó a Montreal (Canadá) y luego a EE. UU., donde se hizo neurólogo. A lo largo de su vida sufrió de prosopagnosia, o incapacidad para reconocer los rostros, y en el 2009 perdió la visión esteoroscópica debido a un tumor que le inutilizó un ojo. Nadó todos los días durante décadas.
Era homosexual y tan tímido que no tuvo pareja durante muchos años, hasta que a los 44 años conoció al escritor Bill Hayes e inició una relación que duraría hasta su muerte. Declaró que «A veces creí haber vivido a cierta distancia de la vida misma. Esto cambió cuando Bill y yo nos enamoramos». Se definía a sí mismo como «un viejo judío ateo».
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