La rosa en una bella nota de @20minutos.es

Hace frío en el scriptorium, me duele el pulgar. Dejo este texto, no sé para quién, este texto, que ya no sé de qué habla: stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus.
(El nombre de la rosa, Umberto Eco)

"El nombre de la rosa" es una hermosa historia surgida del ingenio de Umberto Eco que luego del éxito de ventas en libro dió el siguiente paso necesariamente al cine. La necesidad se entiende solo a fines mercantilistas pero más allá de que el resultado no fuera del agrado del autor ha sido bienvenido por los amantes del cine, Cabe acotar que no podemos esperar el mismo producto en medios diferentes, las adaptaciones y los gustos hacen de las suyas y a veces como en este caso sale bien. La película no es el libro ¿hace falta decir lo que es obvio? pero nos depara buen entretenimiento y ¿quién sabe? puede que alguno que no lo haya leído se acerque a una librería para llevarse una grata sorpresa. El artículo que sigue nos detalla curiosidades, entretelones de una producción que hemos disfrutado en cualquiera de sus formas hace ya varias décadas, en las postrimerías del siglo pasado pero bien vale visitar como uno de los grandes clásicos. Ojalá sirva de acercamiento a quien se le haya pasado por alto. Una visita al relato, al libro, a la gloria de la imaginación siempre vigente.
Ixx, jul23



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10 curiosidades absolutamente PRECIOSAS sobre la película 

‘El nombre de la rosa’

02 DE OCTUBRE DE 2022
@jessicagomez_es

Voy a intentar centrarme, de verdad que sí, con todas mis ganas, porque ponerse a mirar curiosidades sobre esta película es empezar a irse por la tangente con curiosidades sobre libros y actores involucrados y es un no parar. Y no puede ser, porque hay que centrarse.
Veamos (y resumamos): El nombre de la rosa. Película inspirada, seguro que lo sabéis, en la novela homónima de Umberto Eco. Libro de 1980, peli del 86.
Protagonizada por un Sean Connery que, lo creáis o no, en ese tiempo estaba en un punto muy delicado de su carrera interpretativa (recordemos que estaba en ese momento de pasar de ser un tremendo galán de cine y un fresco James Bond a ser «un señor muy mayor», a pesar de tener solo 56 años) y un Christian Slater asombrosamente joven (quince años, tenía la criatura), con la compañía de nombres que, o bien eran ya muy sonados, o bien fueron muy sonados después, como F. Murray Abraham (que acababa de ganar un Oscar por Amadeus) o Ron Perlman.
Voy a tener que empezar contándoos que, además, a esta díada película/libro le tengo particular cariño, porque fue la primera vez que leí el libro antes de ver la peli y pude decir aquello de… Sí, «Me gustó más el libro».

1. ¿Por qué «El nombre de la rosa»?
Esto, en realidad, es curiosidad sobre la película y sobre el libro, claro. ¿Por qué «el nombre de la rosa»? ¿Qué tiene que ver la rosa y su nombre con todo lo que pasa en la historia?
Adso, que es a la vez personaje y narrador, termina su manuscrito con estas palabras:
Hace frío en el scriptorium, me duele el pulgar. Dejo este texto, no sé para quién, este texto, que ya no sé de qué habla: stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus.
Esa última frase en latín significa algo así como que de la rosa ya solo nos queda el nombre. Está extraída (y espléndidamente hilada, por cierto) de un texto del un monje benedictino del siglo XII, Bernardo Morliacense, en sus variaciones sobre el ubi sunt —un tópico literario: Ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere? («¿Dónde están quienes vivieron antes que nosotros?»), tópico que trata la vida como estado transitorio desde y hacia otro lugar—. Morliacense proponía la idea de que de todas las glorias lo único que queda es su nombre:
Persiste el nombre de la rosa primigenia, solo el nombre desnudo tenemos.
(Que sería la traducción literal de ese último verso que Adso escribe).
¿Y eso todo, traído además al título de este libro, qué quiere decir? Que de tantos significados se ha dotado a la rosa (hablaba Eco en Apostillas de «la rosa mística, la guerra de las dos rosas, los rosacruces, rosa fresca de toda fragancia…»), tantos significados ha acumulado, que, al final, la rosa carece de significado alguno, y de ella ya solo nos queda el nombre.
Lo utilizó como título porque, según él, contribuye a su propósito de que el título confundiera las ideas, en lugar de regimentarlas, de dirigirlas. Por esa razón él mismo desechó como título su primera idea, La abadía del crimen (que, sin embargo, sí se utilizó como título para la aventura gráfica para ordenador), ya que se centraba demasiado en la parte de la intriga y el suspense. Su intención segunda fue titular a la obra Adso de Melk, un título absolutamente neutro. Pero de su lista de títulos posibles, donde El nombre de la rosa era el último, este fue el favorito de todo aquel a quien preguntaba. Así que este se quedó. Y yo que me alegro.
Aquí cabe mencionar que, al principio de la película, se menciona que la misma es «un palimpsesto» de la novela de Umberto Eco. Esto es un guiño extraordinario, porque un palimpsesto es un documento que se escribe en pergamino o papel que ha sido previamente usado y borrado, pero en el que el documento anterior todavía es ligeramente visible. Dado que Adso, en la novela, está escribiendo en pergamino, esta entrada es sencillamente genial.

2. La abadía y los personajes.
Aquí voy a comentar un par de cosas, a caballo entre la novela y la película:
Por un lado, los personajes. Cada uno de los frailes lleva su nombre y, como apellido, su lugar de procedencia. Recordemos que el anciano monje, ciego,  «encorvado y blanco como la nieve», era el español Jorge de Burgos. Pero este personaje en la vida real estaba inspirado, no en un español, sino en un argentino: Eco utilizó a este personaje como homenaje a su colega y amigo Jorge Luis Borges, quien escribió, a su vez, La biblioteca de Babel, de la que Eco toma elementos para su propia historia.
Y por otro lado tenemos a nuestro protagonista, Guillermo de Baskerville, a quien se presentaba en la novela así:
Su altura era superior a la de un hombre normal y, como era muy enjuto, parecía aún más alto. Su mirada era aguda y penetrante; la nariz afilada y un poco aguileña infundía a su rostro una expresión vigilante, salvo en los momentos de letargo a los que luego me referiré.
Tanto su descripción como su apellido nos llevan a Conan Doyle: Guillermo comparte rasgos con Sherlock Holmes y su apellido es una referencia a El sabueso de los Baskerville, una de las obras más conocidas del detective.
Hay también que decir que su nombre, Guillermo (William) es un guiño a William of Ockham, el filósofo y fraile franciscano del s. XIV que le da el nombre a la famosa «navaja de Okham» («En igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable»).
En cuanto a la abadía, Adso escribe desde la abadía de Melk, en Austria, pero la historia se desarrolla en una abadía benedictina del sur de Italia. En la película, el escenario utilizado por Jean-Jacques Annaud (el director) fue el monasterio Kloster Eberbacj, cerca de Frankfurt (Alemania), relativamente cerca del aeropuerto de Fránfort del Meno, lo que hizo que el sonido de los aviones arruinara el sonido y tuvieran que volver a grabar casi todos los diálogos y montarlos en posproducción. Algunos exteriores, eso sí (la llegada a la colina, por ejemplo), fueron filmados en Italia, en la Sacra di San Michele, en Turín.


3. Casi no contratan a Connery.
Aunque Connery insistió mucho en que le dieran el papel (su agente llamó cada dos meses al director para presionar), para Annaud no era una opción porque estaba demasiado encasillado en su papel de James Bond (hacía solo tres años de la última: Nunca digas nunca jamás). Era ese momento delicado: demasiado mayor para ser James Bond, demasiado encasillado para ser cualquier otra cosa.
Consideraron para el papel a Michael Caine, Ian McKellen, Roy Scheider, Jack Nicholson, Paul Newman, Marlon Brando, Donald Sutherland e incluso alguno más menos conocido. Robert De Niro le anduvo muy cerca, pero finalmente Annaud cambió de opinión y desechó a De Niro porque estaba empeñado en que Guillermo tuviera un duelo de espadas con Bernardo Gui (el inquisidor de Toulouse, uno de los personajes históricos de la novela, presentado como el profesor Moriarty de este cuento).
Al final, Annaud accedió a hacerle una audición a Connery siempre ha contado que lo detuvo en la tercera página, porque «cuando empezó a leer» se dio cuenta enseguida de que «era lo que llevaba oyendo en la cabeza dos años». Cuando Annaud eligió a Connery para el papel de Guillermo, Columbia Pictures se negó a financiar la película si él era el protagonista. Al final la película, que es por cierto coproducción italo-franco-germana, fue distribuida 20th Century Fox en Estados Unidos. Con un presupuesto de algo más de 17 millones de dólares, recaudó más de 77 millones, de los cuales solo 7 fueron en EE.UU. y los otros 70 en Europa. Al año siguiente, Connery interpretaría a Jim Malone en Los intocables de Eliot Ness, el papel por el que ganaría el único Oscar de su carrera.


4. Salvatore de Monferrato.
El personaje de Salvatore, ayudante de Remigio (el cillerero, el ecónomo del monasterio) ya era un personaje entre lo peculiar y lo aberrante en el libro, pero la representación que de él hizo un joven Ron Perlman (que tiene ahora 72 años y tenía por entonces 36: es decir, hace exactamente media vida suya de aquello).
Una de las peculiaridades de Salvatore era que hablaba en una mezcla de muchos idiomas diferentes. Annaud había omitido deliberadamente muchos diálogos de la película para, aparentemente, no engrosar los gastos y conseguir con más facilidad la financiación. Pero, cuando empezaron a filmar, le dijo que Perlman que quería que Salvatore hablara en todas sus escenas. Le dieron copias del libro a Perlman en inglés, francés, alemán, italiano y latín para que pudiera construir sus frases a partir de las mezclas de las líneas de Salvatore en todos esos libros.
Hubo, además, un asunto curioso con el papel de Salvatore, y es que Perlman en cuanto se enteró de que esta película iba a existir llamó personalmente al director porque QUERÍA interpretar a Salvatore. Pero Annaud ya había elegido a otro actor, un hombre con acondroplasia y una voz muy áspera (buscaba representar un arquetipo, para la época). Pero ese actor falleció antes de la producción y el gobierno de Italia, que cofinanciaba la película, inisistió en contratar para el papel un actor italiano. El actor elegido fue despedido por su actitud «poco cooperante» y, entonces, Annaud llamó a Perlman, que cogió un avión el mismo día para llegar a tiempo al set.

5. Adso y la mendiga (o «la chica»).
Si Guillermo es Sherlock, es evidente que Adso es Watson.
Mary Jo Slater, madre de Christian Slater y agente de casting (aunque no participó activamente en la elección de casting de esta película) tuvo una interesante conversación por teléfono con Annaud.
Después de que Mathilda May rechazara el papel, tenían tres candidatas para el papel de la mendiga, quien compartiría una recordada y relativamente explícita escena de cama con el joven Adso.
Cuando le hicieron la prueba a Valentina Vargas (que tenía 20 años entonces), al parecer, un impresionado Christian Slater, que recordemos tenía 15 años, se quedó «absolutamente enamorado de ella». Al día siguiente tenían que hacer la prueba a las otras dos candidatas, pero el chico llamó a su madre, ella llamó al director y las otras dos nunca llegaron a hacer la prueba. Valentina Vargas interpretó a la mendiga, EL ÚNICO personaje femenino de toda la película.
La expresión de sorpresa y desconcierto de Adso, por cierto, es genuina de Slater: el director no le dijo lo que iba a pasar en la escena y le pidió a Valentina que improvisara la seducción sin palabras, de manera que todo era inesperado para todos, pero sobre todo para Slater.

6. Huevito de Pascua
Hay un momento en que se ve a Guillermo de Baskerville asombrarse por encontrar un libro de Umberto de Bolonia. Evidentemente, es un guiño al escritor, ya que Umberto Eco era profesor en la Universidad de Bolonia. Porque tú puedes estar haciendo una rigurosa ficción histórica, pero eso no es motivo para no poner tu huevito de Pascua.


7. Manuscritos.
Solo hay un lugar en el mundo donde se elaboren, hoy en día, libros y manuscritos con los mismos materiales y técnicas que se ven en la película, y ese lugar está en Italia. En la abadía de Praglia en Padua. Los monjes pueden tardar entre seis meses y un año en crear una sola página.


8. La opinión de Eco.
Era algo sabido que Umberto Eco se disgustó mucho cuando supo que Sean Connery sería Guillermo de Baskerville, y que no le había gustado el resultado final de la película y, como consecuencia, durante el resto de su vida se resistió a volver a vender los derechos de ninguna de sus novelas para adaptaciones a cine. Sin embargo, en 2011 concedió una entrevista en la que hizo una crítica, si no buena, al menos algo más amable:
Un libro como este es un sándwich club, con pavo, salami, tomate, queso, lechuga. Y la película está obligada a elegir solo la lechuga o el queso». eliminando todo lo demás: el lado teológico, el lado político. Es una buena película.


9. Cuidado, spoilers.
Sean Connery acabó en llamas en la escena del incendio de la biblioteca. Durante la escena donde le dice a Adso que se vaya, el fuego se extendió a su túnica y prendió. Fue el propio director, Annaud, quien saltó encima de él y lo hizo rodar por el suelo hasta que apagó el fuego.
No fue el único incidente: aFeodor Chaliapin Jr., que interpretaba a Jorge de Burgos, casi lo matan por accidente. Cuando rodaron la escena de su muerte todo se preparó (por un descuido en el programa de rodaje) con mucha precipitación, y en la escena del incendio de la biblioteca una viga en llamas le cayó encima de verdad y le hizo un corte importante en la cabeza. La toma aparece en la película.
Annaud fue corriendo para asistirlo y cuando le preguntó si estaba bien el actor dijo: «Tengo 81 años. Voy a morir pronto. ¿Está bien la toma?». Chaliapin murió seis años después.

10. Cuidado, más spoilers.
La manera en que terminas una historia puede darle un giro absoluto a todo el significado. Recordemos, por ejemplo, lo que sucedió con La pequeña tienda de los horrores que, por cierto, es del mismo año que El nombre de la rosa.
Al final de la película, a Bernardo Gui (el inquisidor, responsable en la vida real de 900 condenas y una cincuentena de ejecuciones) lo asesina una turba y la mendiga es rescatada de su ejecución. Al final de la novela, Gui se iba de la abadía con total normalidad y la mendiga muere en la hoguera.
La supervivencia de la mendiga en la película dio también lugar a cambiar el final. En la película, dice Adso que nunca la volvió a ver, pero que fue su único amor terrenal «aunque nunca supo ni sabrá su nombre», haciendo referencia al título, claro, dando a entender que la chica es la rosa y alterando por completo la intención del título original.

No me extraña que a Eco no le gustara.

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