Haruki Murakami - Sputnik mi amor

"Recuerdo muy bien la primera vez que nos vimos, hablamos del Sputnik. Ella se refería a los escritores beatnik y yo los confundí con el Sputnik. Nos reímos y la tensión propia del primer encuentro desapareció. ¿Sabes qué significa sputnik en ruso? En inglés sería travelling companion. Compañero de viaje. El otro día, buscando una palabra en el diccionario, lo encontré por casualidad. Bien pensado, es una extraña coincidencia. ¿Por qué pondrían los rusos un nombre tan raro a un satélite artificial? No era más que un infeliz trozo de metal que daba una vuelta tras otra, completamente solo, alrededor de la tierra."
 
Sputnik, mi amor es una bellísima historia de amor entre tres personajes fascinantes, una historia cargada de melancolía. Con la presencia constante de la  ciudad de Tokio como telón de fondo, como un personaje más que observa impertérrito, casi de forma cruel,  el devenir de las vidas de tres jóvenes que descubren el verdadero amor. Ese verdadero amor que rara vez es correspondido, y que por lo tanto no se puede sentir en las propias carnes: no se puede disfrutar ni tocar.
Tres personajes (K, Sumire y Myû) que conviven en una misma ciudad entrecruzando sus vidas. Sueñan despiertos pero sin apenas rozarse. Casi sin tocarse, como un satélite que viaja varado por la órbita de algún planeta.*




El artículo que Sumire eligió aquel día hablaba de una anciana de setenta años que había sido devorada por sus gatos. Había sucedido en una pequeña ciudad, en el extrarradio de Atenas. La mujer había perdido a su esposo once años atrás y, desde entonces, vivía tranquilamente en un piso de dos habitaciones acompañada de sus gatos. Un día tuvo un infarto, se derrumbó sobre el sofá y allí murió. Aún no se sabía el tiempo transcurrido entre el ataque y el fallecimiento. En cualquier caso, su alma, pasando por los debidos estadios, había abandonado definitivamente el cuerpo que había sido su morada durante setenta años. Como la fallecida no tenía parientes o conocidos que la visitasen con regularidad, tardaron en torno a una semana en descubrir el cadáver. La puerta estaba cerrada, las ventanas enrejadas. Muerta la dueña, los gatos quedaron atrapados. En el piso no había comida. Tal vez la hubiera dentro del refrigerador, pero los gatos no tenían la destreza necesaria para abrir la puerta. Cuando no pudieron resistir más el hambre, devoraron la carne de su dueña muerta. Sumire leyó el artículo, párrafo a párrafo, bebiendo a sorbos el café que les habían servido en una tacita. Se acercaron unas pequeñas abejas y empezaron a libar con afán la mermelada de fresa vertida por un cliente anterior. Myû escuchaba con atención lo que leía Sumire y contemplaba el mar a través de sus gafas de sol.
Fuente de las citas: https://blocs.xtec.cat/literaunivers/2013/10/21/11-fragmentos-de-sputnik-mi-amor/
*Se recomienda leer reseña completa en elquintolibro



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