martes, 29 de septiembre de 2020

La gente del abismo de Jack London

The People of the Abyss (1903) is a book by Jack London about life in the East End of London in 1902. He wrote this first-hand account after living in the East End (including the Whitechapel District) for several weeks, sometimes staying in workhouses or sleeping on the streets. In his attempt to understand the working-class of this deprived area of London the author stayed as a lodger with a poor family. The conditions he experienced and wrote about were the same as those endured by an estimated 500,000 of the contemporary London poor. London also used the expression "the people of the abyss" in his later dystopian novel The Iron Heel (1907). (Wikipedia)

London va a Londres en 1902, (y así lo refleja en un) relato de marcado acento autobiográfico sobre su absoluta falta de dinero y las amistades que va haciendo al compartir pobreza, hambre y desesperada necesidad de encontrar un empleo en los barrios bajos (...).
«Os aseguro que no encontré nada peor, nada más degradante y desesperado, nada que resulte, ni de lejos, tan intolerablemente triste y deprimente como la vida que dejé atrás en el East End de Londres». En su alarde de valentía y atrevimiento, a London no le importa dónde va a dormir y las condiciones insalubres a las que hará frente allá por donde vaya: conoce a un joven borracho —«un despojo humano prematuro»— que casualmente le ofrece una habitación donde pasar la noche, y comprueba enseguida que «los niños crecen y se convierten en adultos corrompidos, sin vigor ni resistencia», por culpa de «los gérmenes de enfermedades que pululan en el aire del East End».
(https://cuadernoshispanoamericanos.com/jack-london-realidad-y-ficcion-en-una-misma-aventura/)


AUTONEGLIGENCIA

Ayer el Dr. Wynn Westcott llevó a cabo una investigación en Shoreditch en relación con la muerte de Elizabeth Crews, de 77 años, con domicilio en East Street, Holborn, quien murió el miércoles pasado. Alice Matieson afirmó ser la propietaria de la casa en la que vivía la fallecida. La testigo la vio con vida por última vez el lunes anterior. Vivía sola. Mr. Francis Birch, funcionario de la beneficiencia pública del distrito de Holborn, declaró que la muerta había ocupado el cuarto en cuestión durante treinta y cinco años. Cuando el testigo fue avisado, encontró a la anciana en un estado terrible, y la ambulancia y el cochero tuvieron que ser desinfectados después del traslado. El Dr. Chase Fennell dijo que la muerte fue causada por el envenenamiento de la sangre debido a las llagas, a causa de su autonegligencia y de la inmundicia que la rodeaba, y el jurado dio su veredicto en esos términos.

  Lo más chocante de este pequeño incidente acerca de la muerte de una mujer es la petulante complacencia con que lo consideraron y enjuiciaron las autoridades. Que una anciana de setenta y siete años muriese por AUTONEGLIGENCIA es una forma sumamente optimista de contemplarlo. Haber muerto fue culpa de la mujer, y habiendo establecido su responsabilidad, la sociedad vuelve con satisfacción a sus propios asuntos.

(La gente del abismo, Jack London 1903) 




No hay comentarios:

Publicar un comentario