sábado, 19 de septiembre de 2020

El graal y su representación

 En su Roí du monde, René Guénon no ha querido resolver la discusión cuando declara:

    «Según lo que acabamos de decir, el Graal representa al mismo tiempo dos cosas que están estrechamente ligadas y son solidarias una de otra: aquel que posee integralmente la “Tradición Primordial”, que ha llegado al grado de conocimiento efectivo que implica esencialmente esta posesión, es, en efecto, por esto mismo, reintegrado a la plenitud del “Estado Primordial”. A estas dos cosas, “Estado Primordial” y “Tradición Primordial”, se relaciona el doble sentido que hay inherente en la palabra “Graal”, ya que, por una de estas asimilaciones verbales que con frecuencia desempeñan en el simbolismo un papel no despreciable y que tienen, por lo demás, razones mucho más profundas de las que podría imaginarse a primera vista, el Graal es al mismo tiempo un vaso (del occitano “grasale”) y un libro (“gradal” o “gradual”); este último aspecto designa manifiestamente la tradición, en tanto que el otro se refiere más directamente al estado en sí mismo».

Montsegur

    Toda la discusión sobre el Graal puede ser, por tanto, resumida por esta doble significación que es, al mismo tiempo, una interrogación: ¿Vaso sagrado (símbolo de la fe), o bien libro secreto, símbolo del conocimiento perdido? Este problema, planteado por René Guénon, no alertó a ningún espíritu curioso de antes de la guerra, y fue preciso aguardar a El retomo de los brujos para que Louis Pauwels se extienda en su prefacio sobre los orígenes de la obra y escriba esta frase: « El nacionalsocialismo es el guenonismo más las Divisiones Panzer ».

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