Foto del Archivo General de la Nación (poema)

Foto del Archivo General de la Nación- Costanera 1960/ Esto no es un poema, solo un exceso de puntos y aparte.


Posted on marzo 14 by sostienenilda

Uno se repite. Es de Dios.
Porque las obsesiones no son tantas
Pero insisten, las muy perras.
¿Cuantos lugares?
Haré la nomina (salvo error u omisión, ya se sabe)
París en la primera mitad del siglo XX,
como la pobre  Pizarnik que queria ir al café de Fiore
y no habia Dios que le hiciera entender que ya estaban muertos
los poetas que allì tomaban pernod.

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(todo el mundo sabe que Pizarnik era loca
y buscaba irrealidades
como cualquier poeta que se precie)
Amberes por ese asunto de  los puertos
y la idea persistente
de hartarme de galletitas dinamarquesas
(las de las latas lindas)
sin que importe llenar las sabanas
de migas mantecosas e indigestas.
El Turquestan de  Tuñón,
por lo de Blanca Luz, usted comprenderá.
Las fuentes de Roma que me mostrara el Lo se todo.
La tierra de los ancestros,
para encontrar lo que miraron
antes de emigrar
Praga: algo espero de la luz en Praga
de la luz y de ciertas escaleras en la calle.
Granada por Lorca
y Barcelona por las dudas.
Mar del Plata
siempre y cuando pueda volver  aquel febrero
en que todavía no me había besado Jorge
y nos cruzamos  en la peatonal
y me gustaba tanto:
Yo tenia una venda en la cabeza y  13 años.
No es justo olvidarme de Rusia, la gris, tal vez Moscu, quien sabe
alcanza con caracteres cirilicos y un frio de tundra,de estepa
y sobretodos oscuros con cuellos de piel de foca.
Y Grecia, claro, Grecia
supe que allì la gente era feliz
y tomaba vino despreocupadamente.
y Buenos Aires siempre
Buenos Aires tan mugrienta, tan mia, tan subte, colectivo,tren
Y de Buenos Aires el corazón
ni San Telmo, ni la Boca, ni el Obelisco
ni Lavalle con los cines
-y bien podria ser, allì está mi infancia-
nada de Corrientes con librerias
ni siquiera evocarla cuando no dormía la calle.
El corazón está en el rió,
en el acto de ver el rio desde la costanera sur
y soñar con el mar
El corazón està en ese balneario que no existe
donde ahora hay pastos y aves que no me acuerdo como se llaman
y sin embargo
yo veo el rio
huelo su barro, sin necesidad de ir mas allà.
y los fantasmas de aquellas mujeres
siguen riendo
los amantes siguen tocándose
y en el agua marrón los chicos se salpican
fondo barroso
y a veces el agua se va lejos y hay que caminar
(y hay una huella del agua en el barro, ondas en el barro que los pies perciben)
y es tan lindo
bajo el sol del mediodía
y mas atrás, un juego de parque de diversiones
algo simple
tal vez hamacas voladoras, una calesita, poco mas
y cervezas con tapitas que se clavan en el macadam
y bebidas colas de nombres olvidados
olor a aceite de coco y yodo, el bronceador de los pobres cuando no daba para el copertone.
y gritos de nenes que se alejan de las madres dispuestos a perderse
y ser robado por gitanas
y el río haciendo sus trampas de luces, encandilando
y algo mio
anclado ahí.
Un recuerdo de andar en tranvía,
que de tan lejano, parece inventado.
La sangre de las sandias chorreando por las mesas improvisadas,
la sangre marron del rio,
y esta foto del Archivo General de la Nacion
que acabo de ver y  dice
Balneario Municipal, 1960

Archivo General de la Nacion. Balneario Municipal 1960




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