Dios y el diablo en el taller de Adrian Abonizio

Dios y el diablo van 
susurrando cosas a mi espalda
la virgen en camisón se pasea 
y del lado de la fábrica suena un motor.
Sus bicicletas húmedas descansan en el pasillo
el invierno vino colorado 
pero esta vez no hay vino
para los dos.

Son dos desocupados más
lo justo se hizo moda
y el verso casi un verso de verdad
y el trabajo una zona que no está
Rai-ra rai-ri rei-ra.

Aburridos jugadores con los naipes marcados
siempre en el siete
la radio que habla sola
y que transmite el empate de Ferro y de Platense
cero a cero.

Se prohibe hablar del mundo en esas salas
Dios y el Diablo van remendando madrugadas
y no entiendo nada.

La virgen como mujer los engaña, los consuela
y les dice que a la vuelta siempre hay algo que pagar
Muchachos, hay que comer
salgan para el taller.

El diablo que se aburre, que hace sebo,
que va al baño y fuma un caño
Dios, buen operario, cuida el puesto
y entre dientes silba un tango
que habla de él
"Vamos donde hay sol"
El Diablo que conoce mil lugares
donde hay minas
Y algo como amor
Dios dice "Hay que aguantar"
a mi con la hora extra
ya me alcanza para hacerme
un viaje a pie a Lujan
Y cerca de las seis
el pito que resuena en el tinglado
entristece mucho mas

La virgen como mujer...


DIOS Y EL DIABLO EN EL TALLER
(Adrián Abonizio)

Foto: Tatiana Ligorria



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