Ampliación del campo de batalla, Michel Houellebecq

“Véronique estaba «en análisis», como suele decirse; ahora me arrepiento de haberla conocido. Hablando en general, no hay nada que sacar de las mujeres en análisis. Una mujer que cae en manos de un psicoanalista se vuelve inadecuada para cualquier uso, lo he comprobado muchas veces. No hay que considerar este fenómeno un efecto secundario del psicoanálisis, sino simple y llanamente su efecto principal. Con la excusa de reconstruir el yo los psicoanalistas proceden, en realidad, a una escandalosa destrucción del ser humano. Inocencia, generosidad, pureza… trituran todas estas cosas entre sus manos groseras. Los psicoanalistas, muy bien remunerados, pretenciosos y estúpidos, aniquilan definitivamente en sus supuestos pacientes cualquier aptitud para el amor, tanto mental como físico; de hecho, se comportan como verdaderos enemigos de la humanidad. Implacable escuela de egoísmo, el psicoanálisis ataca con el mayor cinismo a chicas estupendas pero un poco perdidas para transformarlas en putas innobles, de un egocentrismo delirante, que solo suscitan un legítimo desagrado. No hay que confiar, en ningún caso, en una mujer que ha pasado por las manos de los psicoanalistas. Mezquindad, egoísmo, ignorancia arrogante, completa ausencia moral, incapacidad crónica para amar: éste es el retrato exhaustivo de una mujer «analizada»”.

“(...) Éste es el primer efecto del psicoanálisis: desarrollar en sus víctimas una avaricia y una mezquindad ridículas, casi increíbles. Inútil intentar ir a un café con alguien que se está analizando: inevitablemente empieza a discutir los detalles de la cuenta, y uno acaba teniendo problemas con el camarero.”

(Ampliación del campo de batalla, Michel Houellebecq).




Comentarios

Entradas populares de este blog

JL BORGES - Sobre "No nos une el amor sino el espanto"

L'Homme et la Mer (de Charles Baudelaire)

Unhappy Readymade Marcel Duchamp