The Ramones y Phil Spektor
LOS RAMONES
40 años de ‘End of the Century’, el disco que rompió el corazón de los Ramones
Una mezcla explosiva: la banda punki neoyorquina y Phil Spector, un productor con fama de pirado aficionado a las armas. Aquello rozó la tragedia y, tras mucho sufrimiento, vio la luz un álbum que rompió las relaciones entre los miembros
JAIME LORITE (https://elpais.com/elpais/2020/01/31/icon/1580475243_354346.html)
03 FEB 2020
Cuarenta años después, los protagonistas de esta historia no han corrido la mejor de las suertes: tres de los cuatro músicos (Johnny, Joey y Dee Dee Ramone) han muerto, el otro (el batería Marky Ramone) actúa en salas de 400 personas, y el productor, Phil Spector, cumple pena de prisión por el asesinato de la camarera y actriz de serie B Lana Clarkson, encontrada muerta en febrero de 2003 con un disparo por arma de fuego. Johnny Ramone, que todavía vivía cuando ocurrió el incidente con Spector, declararía sobre el funesto suceso: “Lo que me sorprende es que no mate a una por año”. Entre todos ellos hicieron posible un disco clave en la historia de los Ramones, End of the Century (1980), del que se cumplen ahora cuatro décadas.
Los Ramones necesitaban un éxito. Habían contribuido a alentar determinantemente el fenómeno musical que arrasaba en el Reino Unido: el punk. En su Estados Unidos natal, sin embargo, ninguna grabación del grupo sonaba en la radio. Nadie quería problemas. Después de la gira estadounidense de Sex Pistols en 1978, la percepción pública en el país es que el movimiento que había pervertido a la juventud británica consistía en gente vestida con ropa de la basura que vomitaba, escupía y se lanzaba botellas entre un ruido espantoso. Los Ramones, sin embargo, no eran nada de eso.
Las diferencias políticas eran también, de hecho, una de las causas de la relación tirante entre el guitarrista y Joey, relación que se volvería ya inexistente cuando, el siguiente verano, la novia del cantante le abandonase por Johnny
En un documental de 2003, el guitarrista Johnny Ramone (John William Cummings; Nueva York, 1948 – Los Ángeles, 2004) reconocía el problema que la mala publicidad de sus homólogos británicos les acarreó: “No podía funcionar así. Se estaba convirtiendo en algo negativo que iba a destruir todo. Asustó a todo el mundo, a la industria de la música, a la radio…”. Y en esta coyuntura, en este compromiso comercial por demostrar al mundo que no eran ningunos monstruos, llegó el disco End of the Century.
Lo cierto es que la banda neoyorquina, que en ese momento integraban Johnny Ramone, el vocalista Joey Ramone (Jeffrey Ross Hyman; Nueva York, 1951–2001), el bajista Dee Dee Ramone (Douglas Glenn Colvin; Fort Lee, Virginia, 1951 – Los Ángeles, 2002) y el batería Marky Ramone (Marc Steven Bell; Nueva York, 1952), nunca pretendió subvertir nada, al contrario que sus compañeros de generación. Aspiraban a conseguir un gran éxito pop y soñaban, como reconocerían ellos mismos, con liderar la siguiente ola del rock & roll: ser unos nuevos Beatles.
Estaban convencidos de que eran los mejores. Sus colaboradores también. Y tenían toda la atención de la vanguardia artística: desde Andy Warhol hasta el líder de The Velvet Underground, Lou Reed. “Es lo más fantástico que me has enseñado nunca”, dijo Lou Reed a su mánager al final de una actuación de los Ramones. Después de cuatro discos, sin embargo, todo ese talento no había tenido la contrapartida económica deseada.
A priori, la alianza con Phil Spector (Nueva York, 1939), legendario productor de The Ronettes o del álbum Let it be de The Beatles, podía parecer contra natura. A un lado, el padre del Muro de Sonido, una compleja y elaborada técnica de proporciones orquestales, con varias capas de instrumentos: la alquimia del éxito radiofónico. Al otro, un grupo que trabajaba activamente en desnudar la música hasta el esqueleto, militante de las estructuras simples y enemigo de ese virtuosismo rock que consideraban indulgente y relamido. Sin embargo, no eran antagónicos.
El periodista Jim Bessman, biógrafo oficial de la banda, entrevistador y amigo de los miembros a lo largo de años y autor del libro Ramones, an American band (1993), reflexiona en declaraciones a ICON: “Había algo de inevitable en End of the Century, porque los Ramones estaban claramente infuenciados por Phil Spector y el Brill Building pop [el subgénero referido a las canciones que se llevaban a cabo en el edificio Brill de Nueva York, donde compositores profesionales escribían los éxitos de los ídolos adolescentes de finales de los 50 y principios de los 60], de estructura concisa y con garbo. Entre ellos, artistas como The Ronettes, cuyo Baby, I love you versionaron los Ramones en el propio disco”.
Había, además, una devoción compartida entre Joey Ramone, profundo admirador de la obra del productor, y Spector. Para el ingeniero de sonido Ed Stasium, estrecho colaborador del grupo tanto en la grabación de End of the Century como en algunas de las anteriores y posteriores, “Phil Spector vio en Joey la influencia de todos sus primeros trabajos”. “Realmente quería producir ese disco de los Ramones. Estaba convencido de que iba a ser el mejor de ambas carreras, el número uno. Me llevaba a su oficina y me decía: ‘Va a ser el disco más grande de la historia’. Le recuerdo diciéndomelo con algo de locura enfermiza en su mirada”, declaró.
No obstante, Johnny Ramone, en su autobiografía póstuma Commando (2012), calificó la colaboración de “irracional”. “Llevábamos por ahí cinco años y no habíamos colocado ningún éxito, así que había que hacer algo. Spector había estado detrás de nosotros intermitentemente casi desde la primera vez que fuimos a Los Ángeles, diciéndonos: ‘¿No queréis hacer un buen disco?’. Y aunque tratábamos de evitarlo, sabíamos que necesitábamos una oportunidad”, recapitula. Para el guitarrista, la figura estaba lejos de ser un mito: “El tipo es un productor. Los productores no son nadie. ¿Hizo unos buenos discos en los 60? Muy bien. ¿Pero qué había hecho últimamente? Llevaba años sin un éxito”.
Así relata Johnny Ramone el ambiente en el estudio: "Me voy’, dije. A lo Phil Spector me contestó: ‘¡Tú no vas a ninguna parte!’. Yo le repliqué: ‘¿Qué vas a hacer, Phil, dispararme?’. La verdad es que en ese momento me importaba un carajo si me pegaba un tiro o no; lo único que quería era irme”
La grabación comenzó en mayo de 1979, con un presupuesto de 200.000 dólares (por hacer una comparación, el famoso álbum debut de la banda, Ramones, había costado 6.000), y se extendió a lo largo de cinco accidentadas semanas. La primera noche, según cuenta Johnny Ramone en su libro, la banda trató de hacer piña con Spector y vieron juntos en su mansión de Beverly Hills la película Magic: El muñeco diabólico (no confundir con el otro Muñeco diabólico, Chucky), un film de terror de 1978 sobre un ventrílocuo –interpretado por Anthony Hopkins– bajo el control de una marioneta malvada. En un reportaje sobre la realización del disco para la revista Uncut, Ed Stasium contó que, por algún motivo, el mítico arreglista estaba obsesionado con la película. “No quería que la banda se fuera de la casa, les forzó a verla repetidas veces”, recuerda. Aunque matiza: “Era una persona solitaria, en general no quería que nadie se fuese nunca”.
Algo similar ocurrió, según Dee Dee Ramone, en otra ocasión con la canción Baby, I love you, éxito de The Ronettes coescrito por el productor. “Nos hizo escuchar cómo la cantaba y tocaba al piano hasta las 4:30 de la madrugada”, aseguró el bajista, que incluso afirmó que el productor le había apuntado al corazón con una pistola en una de estas retenciones. El extremo ha sido cuestionado varias veces por otros de los presentes, que sin embargo han reconocido que el productor tenía armas en la casa.
En beneficio de esa atmósfera de terror, uno de los amigos de Spector que frecuentaba la mansión era Al Lewis, actor popular por haber dado vida al abuelo vampiro de la serie La familia Munster. También hubo fricciones con él: Lewis era de sensibilidad progresista y Johnny Ramone, un ultraderechista en toda regla que creía haber perdido su antiguo trabajo como fontanero por una conspiración de las minorías contra el hombre blanco, se enzarzaba en discusiones con la estrella.
El baterista Marky Ramone, en su autobiografía Punk rock blitzkrieg (2015), recuerda: “Lewis era partidario de abolir las leyes antidroga y abogaba por una sanidad pública universal. Johnny le dijo que con una sanidad universal no habría manera de librarse de los inmigrantes, y Lewis le respondió que los inmigrantes habían construido nuestro país. El abuelo Munster le puso en su lugar”. Las diferencias políticas eran también, de hecho, una de las causas de la relación tirante entre el guitarrista y Joey, relación que se volvería ya inexistente cuando, el siguiente verano, la novia del cantante le abandonase por Johnny.
Portada de 'End of the century', el disco que cumple ahora 40 años. Por primera vez los Ramones no posaban en una portada con sus vaqueros raídos y sus cazadoras de cuero.
Portada de 'End of the century', el disco que cumple ahora 40 años. Por primera vez los Ramones no posaban en una portada con sus vaqueros raídos y sus cazadoras de cuero.
Entre tanto, Spector parecía atravesar problemas con la bebida y posiblemente con otras sustancias. “Nunca comía ni dormía, así que nosotros sospechábamos que se metía coca. Realmente no sé si eran drogas, paranoia o qué: estaba loco”, cuenta Johnny Ramone en Commando. Mientras a Spector le irritaba que Dee Dee consumiese heroína, paradójicamente el alcohol ayudó a forjar una improbable camaradería entre Marky (que acabaría sufriendo alucinaciones y teniendo que acudir a desintoxicación) y él. “Fue mi compañero de copas. Creo que Phil hizo un buen trabajo, teniendo en cuenta que lo hizo borracho”, afirma el baterista en el documental de mismo nombre, End of the Century, dirigido por Jim Fields y Michael Gramaglia.
Una de los momentos de máxima tensión llegó con la regrabación de Rock n’ Roll High School, un tema que ya habían hecho con Ed Stasium, se había lanzado comercialmente e incluso había dado nombre a la primera película de la banda, una hilarante comedia de instituto con ratones gigantes producida por el rey de la serie B, Roger Corman.
El guitarrista Johnny Ramone relata en Commando: “[Spector] me tuvo allí tocando los acordes de apertura de Rock n’ Roll High School una y otra vez, y así durante tres o cuatro horas. Se ponía a escucharlo 300 veces y volvía a decirme que tocara de nuevo el mismo acorde mientras lo marcaba taconeando y me gritaba: ‘¡Mierda, coño, joder! ¡Mierda, coño, joder!’. Hasta que no pude más y le dije: ‘Me voy’, a lo que me contestó: ‘¡Tú no vas a ninguna parte!’ y yo le repliqué: ‘¿Qué vas a hacer, Phil, dispararme?’. La verdad es que en ese momento me importaba un carajo si me pegaba un tiro o no; lo único que quería era irme”.
El proceso partió al grupo en dos. Mientras Johnny y Dee Dee se sentían parte de una encerrona y odiaban a Spector, Joey, una persona introvertida, con trastornos psicológicos y que apenas opinaba sobre nada concerniente al grupo (pese a ser el segundo principal autor de canciones, después de Dee Dee), adquirió rango de líder de la banda después de cuatro álbumes siendo ninguneado. “Trabajar con Phil Spector ayudó a Joey a superar las inseguridades que tenía, más que cualquier otra cosa en su carrera”, apunta Mickey Leigh, hermano del cantante y autor del libro I slept with Joey Ramone: A family memoir (1994).
Johnny pudo finalmente irse a los cinco días de iniciar la grabación, aunque por un motivo trágico: la inesperada muerte de su padre. “Estaba devastado y cuando Seymour Stein [propietario de Sire Records, la discográfica de Ramones] me llamó para darme el pésame, le dije que a pesar de todo era mi billete para salir de allí”. El guitarrista, no obstante, volvió más tarde a Los Ángeles para completar sus tomas.
End of the Century fue, según declararon Johnny y Dee Dee en diversas entrevistas a lo largo del tiempo, el disco que deterioró las relaciones en la banda y el que dibujó por primera vez una lucha de poderes entre el guitarrista y Joey. El dibujante y periodista John Holmstrom, cofundador del fanzine Punk Magazine, lo analizó de la siguiente manera: “End of the Century representa el tipo de música pop que más le gustaba a Joey, la que él quería hacer y hacia donde quería que se dirigieran los Ramones. Y fue la renuncia al punk más puro y hardcore que Johnny no quería abandonar. Johnny opinaba que todos los discos tenían que ser como el primero, por siempre y para siempre”. La puntilla la puso su portada, la primera donde aparecían sin sus famosas chaquetas de cuero, elegida contra el criterio del guitarrista y con el voto favorable del resto de miembros del grupo.
El biógrafo Jim Bessman, sin embargo, difiere de Johnny en declaraciones a ICON: “Él sentía que habían cedido a la tentación comercial y que Spector había diluido el sonido auténtico de la banda. Pero para mí, como adepto del productor y de los Ramones, el disco ha demostrado ser históricamente significativo. Fue, en esencia, una reunión de dos muros de sonido: por supuesto, el de Phil Spector, pero también el de los Ramones y su aluvión ensordecedor. Esa combinación ha hecho que End of the Century perdure y sea un clásico en sí mismo, como los cuatro discos punk-rock anteriores”.
El disco, lanzado el 4 de febrero de 1980, no fue un éxito, pero sí fue el más vendido de los Ramones. Esto es: alcanzó el puesto 44 en Estados Unidos. “Después de que en esta ocasión tampoco lográramos vender ningún disco, supe que ya nunca tendríamos un éxito y tendríamos que dedicarnos a mantener a nuestros seguidores”, declaró el guitarrista en el documental de End of the Century.
Lejos de obtener el temido rechazo de los fans, End of the Century se ganó un cierto estatus de culto y ha sido reivindicado por los seguidores a lo largo del tiempo debido a sus peculiares características dentro de una discografía, precisamente, criticada a veces con mayor o menor fundamento por ser repetitiva. Así opina Adolfo Díaz, cantante y guitarrista de Airbag, una de las bandas nacionales más claramente marcadas por el legado de Ramones, en declaraciones a ICON: “Es un disco diferente y especial. Tiene la producción más arriesgada de su carrera y varios clásicos incontestables, además de que es un trabajo imprescindible para entender la carrera global del grupo, del que mucha gente dicen que todos sus discos suenan igual, y creo que no es cierto”.
También consultado por ICON, Pablo Franco, bajista de Sugus –banda perteneciente a la delegación pop-punk que tuvo España en los noventa, aún en activo–, cree que el álbum “no deja de ser un intento fallido de lo que nunca sucedió, que Ramones fuera un grupo de masas”. Si bien, no duda en calificarlo como “un gran disco”.
Después de la experiencia Spector, los Ramones no volvieron a grabar un disco técnicamente tan complejo, y a nivel artístico mantuvieron una gran estabilidad entre las personalidades de Joey y Johnny, si bien los accesos más punk realmente siempre dependieron del momento de inspiración en que se encontrase Dee Dee, que abandonaría la banda en 1989 para forjarse una carrera en el rap.
Sus miembros originales fallecerían uno a uno en un espacio de tiempo sobrecogedoramente corto: Joey Ramone, de un linfoma a los 49 años, en 2001; Dee Dee Ramone, de una sobredosis de heroína a los 50 años, en 2002; Johnny Ramone, por un cáncer de próstata a los 55 años, en 2004; y Tommy Ramone, batería original del grupo, por un cáncer de las vías biliares a los 65 años, en 2014.
En cuanto a Phil Spector, ha sobrevivido a tres de los cuatro miembros de Ramones que participaron en la grabación, pero no en circunstancias muy halagüeñas: entre rejas.
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End of the Century: Ramones ante el muro de sonido
8 JUNIO, 2020 Moisés García
(https://musica.nexos.com.mx/2020/06/08/end-of-the-century-ramones-ante-el-muro-de-sonido/)
End of the Century: Ramones ante el muro de sonido
“Phil aceptó salir de su retiro para producirnos. Era como dos muros de sonido que chocan y que tarde o temprano sacan chispas, pero trabajar con él fue realmente emocionante”.
—Joey Ramone
1979. De este lado tenemos a los Ramones: Joey, Johnny, Dee Dee y Marky, la mítica pandilla tricorde del barrio neoyorquino de Forest Hill que a finales de los años 70 sacaron al rock de su letargo de solos interminables y estrellitas autocomplacientes, con una mezcla de frenetismo, humor insano, cine basura, canciones de girl groups, anhelos adolescentes y rabia juvenil condensados en sanas dosis de tres minutos o menos.
En la otra esquina, con traje a la medida y bronceado californiano, tenemos a Phil Spector, el compositor y productor que llevo a la fama a grupos vocales como las Ronettes y los Righteous Brothers. Es bien conocido entre los fanáticos de los Beatles por trabajar en el Let It Be (1970) y salir cabreado con Paul McCartney; sin embargo, Spector conquistó su lugar en el mundo de la música por hacer uso del estudio de grabación como un instrumento musical, legando una peculiar fórmula de registro conocida como el wall of sound que consistía básicamente en grabar múltiples pistas y superponerlas hasta crear un sonido compacto pero intenso. Un ejemplo concreto de esta técnica puede advertirse a detalle en el tema “Da Doo Ron Ron” de The Crystals: la potencia de casi cincuenta músicos orquestando una canción pop de dos minutos.
La relación de los Ramones con Phil Spector comenzó durante la década de los 60, mientras sintonizaban estaciones de amplitud modulada durante una época plagada de sonidos efervescentes y disqueras independientes que comenzaban a delinear el mundo de la música. Philles Records era la discográfica de aquel joven nativo del Bronx, quien había demostrado un profundo interés por el vibrante sonido del rhythm n’ blues y encontró a las máximas estrellas del sello en un trio de chicas afroamericanas llamadas The Ronettes. Los muchachos de Forest Hill crecieron devorando canciones y dejando evidencias de su fanatismo por aquí y por allá. Por ejemplo, “Tangerine Puppets”, el nombre de la primera banda de Dee Dee, Johnny y Tommy es una referencia directa a una canción del músico escocés Donovan; además, es una historia del dominio público que el nombre de Ramones fue extraído del seudónimo que el bajista de los Beatles usaba durante sus giras. Vaya, los hermanos eran unos auténticos freaks del rock n’ roll a los que el nombre del productor no les era indiferente.
Los caminos de estos neoyorquinos habrían de cruzarse durante la década siguiente, mientras el cuarteto punk teloneaba para otra de sus grandes influencias, los poderosísimos The Kinks. Phil quedó impresionado por la actuación de los brothers, pero había quedado particularmente prendado con la voz de Joey Ramone, de modo que invitó a todos a su casa para una de esas locas juergas estilo Hollywood. El buen Joey solía contar que un día, de la nada, Spector simplemente llamó por teléfono para proponerle grabar “un verdadero disco de rock n’ roll, un disco fenomenal en lugar de sólo un buen disco”. Los Ramones aceptaron la oferta de Phil con gran ilusión, debido a la experiencia y reputación que ostentaba el reconocido productor judío, pues a pesar de haber trabajado con ahínco, grabando cuatro discos de larga duración y pateándose las carreteras sin descanso, estaban realmente lejos de ser considerados como un grupo exitoso. Decepcionados por los descalabros comerciales, colocaron su fe en la grabación de End of the Century (1980). Las sesiones iniciaron el 1 de mayo de 1979, en el Gold Star Recording Studio de Los Angeles, California. Las chispas brotaron de inmediato.
Los múltiples episodios que rodean la grabación del quinto álbum de estudio de los Ramones incluyen cientos de discusiones, la mayoría de las veces protagonizadas por Johnny y Phil Spector, en las que usualmente el tema orbitaba alrededor de los métodos del cuarteto. Los de Forest Hills habían estado en manos de Tommy Ramone desde el comienzo y poseían un estilo más elemental, realizando apenas un par de tomas y consiguiendo que tres canciones fueran grabadas y mezcladas el mismo día. Sin embargo, el baterista fue excluido de la grabación por la gente de Sire Records y los Ramones se encontraron a merced de un megalómano inseguro, amante del alcohol y las armas de fuego. No hace falta decir que no es el mejor coctel.
El álbum estuvo a punto de irse al cuerno en múltiples ocasiones. Spector solía lisonjear a Joey sin reservas, provocando el descontento entre sus compañeros, de modo que Johnny y Dee Dee abandonaban las sesiones con frecuencia o simplemente no asistían y muchas de sus partes fueron ejecutadas por guitarristas de sesión. Mientras tanto Marky, quien recién se había integrado a la banda, mantenía un bajo perfil y, excluido de las decisiones importantes, se dedicó a disfrutar del estrambótico mundo de Hollywood, entablando una relación cercana con Spector y los personajes extravagantes que se paseaban por el estudio de grabación.
Phil obligaba a los Ramones a repetir las canciones una y otra vez, cientos de veces. Esa manera de trabajar iba en contra de la naturaleza de Johnny y las discusiones con el productor estaban a la orden del día. Los enfrentamientos fueron tan intensos que incluso se corrió el rumor de que Spector había apuntado su revólver en contra de Johnny cuando este se negó a repetir el riff de “Rock & Roll High School”, obligando al guitarrista a repetir la canción hasta dejar su vieja Mosrite cubierta de sangre. Sin embargo, Marky Ramone desmintió todo el cuento hace poco dentro de su biografía y afortunadamente agregó algunos detalles tanto más que extravagantes, como las épicas y surrealistas discusiones sobre política en la mansión Spector, con Johnny Ramone y Al Lewis (sí, el actor que interpretaba al entrañable abuelo de La familia Munster). “Johnny era republicano y detestaba a los inmigrantes; detestaba aquello, detestaba lo otro. Y el abuelo Munster lo ponía en su lugar”,… recuerda Marky.
El toque de Phil Spector puede percibirse en todos los temas del End of the Century. Está presente en los arreglos de “Danny Says”, en el muro de “Do You Remember Rock & Roll Radio”, pero, sobre todo, en “Baby I Love You”. Su capricho personal, un guiño a sus mejores años con las Ronettes y una manera de elevar la voz de Joey al pedestal que a su entender merecía. “Baby…” encarna probablemente la antítesis del sonido que abanderan los Ramones; sin embargo, refleja en gran medida sus primeras influencias adolescentes. Los miembros del cuarteto de Queens era fans acérrimos de los Stooges y MC5, pero también de las Shangri-Las y las Ronnettes. En gran medida, tanto el disco como el hecho de trabajar con Spector no son más que un tributo al pop adolescente de sus comienzos.
De algún modo, no deja de tener cierto regusto a ironía que “Baby I Love You” fue uno de los singles que más éxito cosechó durante toda su carrera. El sencillo más suave en la discografía de los Ramones, una obra de Joey casi en su totalidad que incluye un arreglo de cuerdas que enmarca de manera excepcional la angustia en su tono de voz. Johnny solía decir (y con razón) que Phil era un excéntrico y recordaba con sorna la discusión que tuvieron cuando el productor llegó al estudio acompañado de una orquesta. No me imagino su reacción cuando al colarse entre los diez sencillos más vendidos en el Reino Unido debieron presentarse en el programa Top of the Pops para promover la canción… ¡acompañados por la orquesta de la BBC de Londres!
El quinto LP de los Ramones recibió las alabanzas de la crítica que celebró el trabajo de Spector y no reparó en señalar que aquel era el disco más suave y colorido de la banda (aquello incluía hasta la portada con unos “brothers” sin sus características chamarras de cuero y vistiendo camisetas de colores vivos en plan buenos chicos). Y a pesar de obtener el mayor éxito comercial en toda su carrera (un modesto No. 44 en las listas de Billboard), estuvo muy lejos de conseguir el éxito internacional y los millones que Johnny esperaba. Los Ramones continuaron girando durante otros 17 años y ninguno de ellos se retiró oficialmente. Joey, por ejemplo, continúo trabajando toda su vida y un par de años antes de su muerte, grabó algunos temas junto a Ronnie Spector, la legendaria lideresa de the Ronettes y exesposa de Phil.
End of the Century es un tributo a los iconos que moldearon la adolescencia de los Ramones. Es un cumplido a las jukeboxes, las fuentes de sodas, las malteadas de fresa, los grupos vocales de jovencitas y las chamarras de cuero. Un guiño a los discos de 45 rpm de Atlantic, Motown, Phillies y Red Bird Records. Una vuelta alegre y nostálgica a esas tardes en que se escuchaba estaciones de rock n’ roll en busca desesperada de algo a qué sostenerse.
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