Haruki Murakami - Baila, baila, baila (I)
Cuatro años atrás, el protagonista acudió, llevado por una mujer sin nombre, hasta el hotel Dolphin, un hotel bastante decadente, sin mucha clientela ni mucho glamour. De hecho, y con sus palabras, el hotel Dolphin parecía más bien el museo de la decadencia. Así que, cuando empieza a soñar con esta mujer y con un llanto que parece que lo llama, decide que tiene que acudir, una vez más, al hotel. A enfrentarse con lo que tenga que enfrentarse.
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Yuki y el protagonista, o la relación que este tiene con Gotanda. (...) en general tienen brillo propio y le dan un giro más a la historia.
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