Parábola de los cisnes - Louise Glück
En un pequeño lago fuera
de los mapas del mundo, vivían
pasaban el ochenta por cierto de su día estudiándose
a sí mismos en las aguas atentas y
el veinte por cierto cuidando el uno del
otro. Por lo tanto,
su fama como amantes proviene
principalmente de su narcisismo, lo que deja
muy poco tiempo libre
para ir de crucero. Pero
el destino tenía otros planes: después de diez años, se toparon
con agua enfangada; fuera lo que fuera esa inmundicia, se adhirió
al plumaje del macho, que instantáneamente mutó
a gris; a la vez,
el verdadero propósito del flexible diseño
de su cuello quedó al descubierto. ¡Tanta
actividad en el modesto lago, tanto
que se había perdido! Más tarde o más temprano durante
toda una vida juntos, todas las parejas se enfrentan
con alguna emergencia de este estilo, con algún
drama que acaba
haciendo daño a alguien. Esto
pasa por algo: para poner a prueba
el amor y para exigir
que vuelva a definirse con palabras complicadas.
Así que salió a la luz que el macho y la hembra
tenían ideas diferentes: mientras
el macho creía que el amor
era eso que uno siente en el corazón,
la hembra creía
que el amor era eso que uno hace. Pero esta no es
una historieta sobre la corrupción inherente
del macho, usando como prueba la sórdida definición
de pureza que tenía el cisne. Es
una historia de astucia e inocencia. Durante diez años
la hembra estudió al macho; se entretenía mirando
cómo dormía o cómo era absorbido por el agua
convenientemente,
mientras que el espontáneo macho actuaba
de manera más informal, viviendo
el momento. En el fango
discutieron un rato, bajo la luz del atardecer,
hasta que la discusión se hizo
lentamente más y más abstracta, y se convirtió
en parte de su canción
después de un tiempo.
Meadowland (1996)
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