Ella
Ella
Allí estaba ella, al fin sola frente a mí
Desnuda bajo esa música suave de hotel alojamiento
y ese olor a perfume de ambientes barato
Una maja extendida de negros cabellos rizados
derramándose sobre la almohada
La débil lámpara incandescente da un tono dorado al contorno de su piel
y ella toda extendida en ondas sobre la ajena cama de elásticos
Nuestra ropa apiñada lejos en el respaldo de una silla iluminada apenas por unos rayos de sol que filtran por la ventana las últimas líneas de sol del atardecer.
Cada vez es más fuerte el azul parpadeante del televisor mudo.
Ella me observa... o no, tal vez está mirando a través de mí
Tal vez ya sabe que no llevo nada debajo de la piel
Que el mundo me atraviesa sin impregnarme
Me mira de lado con un cigarrillo en la mano
Y yo de pie no puedo apenas tensar un músculo
Pienso en el David de Miguel Angel
Soy pura exhibición, una marquesina con las luces ya apagadas
Ya mi mano intenta palpar un guijarro imaginario
Un empapelado gastado chorrea flores marchitas sobre todas las cosas
Y el cuarto pequeño ahora parece un desierto enorme
¿Qué hago ahora yo aquí?
Me pregunto por mi existencia toda
Sin respuestas
Las manchas en la alfombra desteñida y las cortinas raídas inmóviles
La canilla del lavabo deja escapar unas gotas constantes e incesantes
Atronan por la puerta entreabierta del baño
Por fortuna no hay espejos aquí
No soportaría mi semblante en esta hora
Ni ver el encuentro indefectible de nuestros cuerpos
No parece que nadie vaya a detenerme si hecho a correr ya mismo
Ella acabó su cigarrillo y ahora me hace un gesto con su mano
Nada podrá detenerme cuando haya dado el primer paso
Avanzar y avanzar hasta perderme
Hasta caer sin fin...
Niego rotundamente las palabras oscuro, profundo, abismo...
Ya me lanzo a correr por un prado
Llevo su cabeza de los pelos
Y destellos rojos brillan a la luz de la luna
Alimentan la tierra y mi rastro
Y por fin las cosas serán como debieron ser
IXX, jun2015
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