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Mostrando entradas de febrero, 2011

Los siete pecados capitales

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FOTOGRAFIA: Marta Jara Un cuento de Eduardo Galeano D e rodillas en el confesionario, un arrepentido admitió que era culpable de avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia, soberbia e ira: Jamás me confesé. Yo no quería que ustedes, los curas, gozaran más que yo con mis pecados, y por avaricia me los guardé. ¿Gula? Desde la primera vez que la vi, confieso, el canibalismo no me pareció tan mal. ¿Se llama lujuria eso de entrar en alguien y perderse allí adentro y nunca más salir? Esa mujer era lo único en el mundo que no me daba pereza. Yo sentía envidia. Envidia de mí. Lo confieso. Y confieso que después cometí la soberbia de creer que ella era yo. Y quise romper ese espejo, loco de ira, cuando no me vi. FOTO: laidea.eu

Todo lo que ves o es...

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Fito Paez, Renata Schusseim, Divina Gloria, GIT, demasiado... Y la visita del "Flaco"... Fue un sueño o estuve allí? FOTO: presentacion de Piano Bar "magicasruinas.com.ar" Total interferencia (Charly Garcia) Tiene manos de marfil y teclados de Taiwan un chico conectado con la ciencia. Busca aliados de jazmin y una daga de metal y tiene apuro y a la vez paciencia. Tiene un radio, para vivir, para vivir. Estamos como el amor que se hecha a perder violando todo lo que amamos para vivir, para vivir Tiene agujeros que no ves, picaduras de escorpion que oculta un maquillaje de inocencia. Todo lo que ves o es como la imaginacion se junta con total interferencia, en la radio suena un violin Estamos como el amor que se hecha a perder violando todo lo que amamos para vivir, para vivir. Del album "Piano bar" FOTO: presentacion de Piano Bar "magicasruinas.com.ar"

JL BORGES - Sobre "No nos une el amor sino el espanto"

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Tantas veces repetida, esta frase de tan común nos pasa inadvertida. El amor por la ciudad, la historia compartida, la soledad, la nostalgia, la tristeza de los atardeceres grises. Borges l e habló de tango, de cuchillos, de faroles. Acuñó historias de entreveros en esquinas perdidas en los suburbios. Alguna noche de mirar la luna que a través de la reja da nostalgia, a solas con ella se habrá preguntado si Buenos Aires sentirá lo mismo. Y la ciudad siempre discreta escucha y guarda en los recovecos de sus faroles, en sus viejos balcones, en sus zaguanes silenciosos los ecos de una pasión incomprendida y mutua. ixx, feb11