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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Münchhausen

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Fotos de internet. Protestas cacerolas. Acabo de descubrir que este es un país enfermo. Entonces se me fueron las ganas de escribir. Al fin, lo que dicen los gloriosos defensores de la democracia con alternancia y sobre todo con neoliberalismo, tenían razón: este es un país enfermo. Y los que vivimos en él, también. Voy a tener que pedir perdón a los tipos que chicaneé desde estas páginas, a los que caricaturicé, a los que dejé a la altura de un poroto con mi pluma ácida y mi menefreguismo chiabrandista. Ellos tenían razón. Yo no.

Autorretratos por Dahiana Belfiori

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CONTRATAPA de Página/12. Autorretratos Por Dahiana Belfiori Ilustración: Luis Acosta A la hora de la siesta, cuando mi abuela iba a recibir a los proveedores del bar que regenteaba en el pueblo, yo entraba a su habitación. Era el lugar de la casa que más me gustaba porque daba al jardín delantero lleno de plantas y, a través de la ventana amplia -vestida con vaporosas capas de voile aguamarina-, entraba una luz de cuento de hadas. La pieza era amplia, con muebles de madera calados con flores. Mi abuela tenía un ropero para ella sola y una cómoda llena de alhajeros, botellitas de todos los tamaños, cremas, maquillajes, perfumes. Cada alhajero era la posibilidad de un viaje con tesoro incluido. Las paredes del cuarto estaban tapizadas con un papel de fondo amarillo y flores violetas. Sobre una de las paredes reinaba un espejo de cuerpo entero, testigo de mi secreto.

Los sauces de Algernon Blackwood

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"Los sauces nunca alcanzan la dignidad de árboles, no tienen troncos rígidos, permanecen como humildes arbustos, con copas redondeadas y suaves siluetas, oscilando sobre delgados troncos que responden a la mínima presión del viento, flexibles como la hierba, y tan cambiantes que dan la impresión de que la planicie entera está animada y viviente." Los sauces. The Willows; Algernon Blackwood (1869-1951) Tras dejar Viena, y mucho antes de Budapest, el Danubio entra en una región de soledad y desolación. Sus aguas se dispersan, se torna un pantano de millas y millas, cubierto por un vasto mar de bajos arbustos de sauce. En los grandes mapas, esta zona esta pintada de un azul pálido, que se torna cada vez más desvaído a medida que abandona los bancos; y sobre todo esto puede verse la palabra Sumpfe: marjales. En época de inundaciones, estos bancos de guijarros e islas tupidas de sauces quedan casi enteramente sumergidos bajo el agua; pero en temporadas normales los