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Las partículas elementales - Michel Houellebeq

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"El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe en corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reirse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte. " (Michel Houellebecq, Las partículas elementales) "Las partículas elementales de que habla el título son Michel y Bruno, dos hermanos de la misma madre pero de distintos padres cuyas vidas han corrido paralelas, mezcladas por una misma insatisfacción vital y sexual, aunque por caminos bien distintos. Michel es un científico exitoso, felizmente casado, casto y cordial. Bruno es un profesor de literatura libidinoso, resentido y traumatizado. En de

Majas nro. 25 - Retratos en B&N

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Si volvieran los dragones - Canción de Páez y Sabina

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Si la angustia no tuviera tantos meses Si pudiera huir de esta ciudad Si el milagro de los panes y los peces Consiguiera darnos de cenar Si tuvieran corazón las autopistas Si alguien me esperara en la estación Si bajaran de la luna los artistas Si acabara bien esta canción Si aprendiéramos a amar como animales Si quedara tiempo que perder Si bailaran rock and roll los generales Si cantara el gallo rojo del amanecer Y los sentidos olvidaran la razón Y las golondrinas Supieran volver A hacer su nido cada otoño en el reloj De las oficinas Si el huracán del porvenir Arrasara las fronteras Rotas las banderas por la pasión Si reinara en el dos mil la imaginación Si los besos cotizaran más que el oro Si quedara hotel en Shangri-Lá Si la muerte hiciera mutis por el foro Si pudiera yo quererte hasta el final Y naufragar En la isla del tesoro Si los mercenarios de la soledad Incendiaran con un blues Todo el cono sur Si en los escombros de la revolución Creciera el árbol verde del placer Y las ca

Majas nro. 24 - Monica Bellucci

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JL Borges - Para las seis cuerdas (1965)

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­¡Buenos días! Hoy es viernes, septiembre 13, 2024 y son las 9:44 am Jorge Luis Borges (1899–1986) Para las seis cuerdas (1965) PRÓLOGO Toda lectura implica una colaboración y casi una complicidad. En el Fausto, debemos admitir que un gaucho pueda seguir el argumento de una ópera cantada en un idioma que no conoce; en el Martín Fierro, un vaivén de bravatas y de quejumbres, justificadas por el propósito político de la obra, pero del todo ajenas a la índole sufrida de tos paisanos y a los precavidos modales del payador. En el modesto caso de mis milongas, el lector debe suplir la música. ausente por la imagen de un hombre que canturrea, en el umbral de su zaguán o en un almacén, acompañándose con la guitarra. La mano se demora en las cuerdas y las palabras cuen­tan menos que los acordes. He querido eludir la sensiblería del inconsolable “tango-canción” y el manejo sistemático del lunfardo, que infunde un aire artificioso a las sencillas coplas. Que yo sepa, ninguna otra aclaración requi

Christine Corda vinilo

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Sin lugar a dudas pocas mujeres consultan el blog Francerock70 . Ante este estado de cosas es necesario un cuestionamiento de la línea editorial del blog. Por eso, hoy les ofrezco una columna destinada al sexo más débil: “Cómo convertirse en cantante”. ¿Y qué mejor que una fotonovela que cuente el romance entre una joven tan bella como una princesa y un músico tan encantador como un príncipe para atraer la curiosidad de estas damas? Este encantador reportaje fotográfico publicado en «Mademoiselle Age Tendre» en marzo de 1974 anunciaba la publicación del primer álbum de la no menos encantadora Christine Corda.

JL Borges - Milonga de dos hermanos

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MILONGA DE DOS HERMANOS Traiga cuentos la guitarra De cuando el fierro brillaba, Cuentos de truco y de taba, De cuadreras y de copas, Cuentos de la Costa Brava Y el Camino de las Tropas. Venga una historia de ayer Que apreciarán los más lerdos; El destino no hace acuerdos Y nadie se lo reproche— Ya estoy viendo que esta noche Vienen del Sur los recuerdos. Velay, señores, la historia De los hermanos Iberra, Hombres de amor y de guerra Y en el peligro primeros, La flor de los cuchilleros Y ahora los tapa la tierra. Suelen al hombre perder La soberbia o la codicia; También el coraje envicia A quien le da noche y día- El que era menor debía Más muertes a la justicia. Cuando Juan Iberra vio Que el menor lo aventajaba, La paciencia se le acaba Y le fue tendiendo un lazo. Le dio muerte de un balazo, Allá por la Costa Brava. Así de manera fiel Conté la historia hasta el fin; Es la historia de Caín Que sigue matando a Abel.